Algunos de nosotros podemos votar, otros estamos incapacitados para el sufragio activo y el pasivo, y otros optaremos por no ejercer nuestro derecho al voto.
En el pasado, algunos de nosotros fuimos consignados para ejercer de Responsables de Mesa Electoral, bien como Presidentes, bien como Vocales. Según tenemos entendido, para que a uno le convoquen como Presidente, ha de poseer unos estudios mínimos determinados. En caso de no aceptar y no acudir para asumir dicha responsabilidad, se pueden imponer sanciones pecuniarias. Sólo en casos determinados y por razones justificadas, uno se puede librar de la multa y quedar exento de ejercer cargos en las mesas electorales (p. ej. En caso de enfermedad, por haber cumplido ya la edad de jubilación…)
La compensación económica por ejercer dicho cargo es más bien simbólica, en relación a las horas que se invierte en ello (todos los que constituyen la Mesa Electoral han de permanecer allí de ocho de la mañana a ocho de la tarde; y, tras cerrar las urnas, realizar el recuento de votos). En algunos lugares, incluso, se escolta a los miembros de la mesa tras hacer el recuento de votos.
Desde nuestro punto de vista, nos atrevemos a pronosticar que la concurrencia a las elecciones europeas va a ser baja. En la actualidad, existe un descontento generalizado con la clase política, habiéndose objetivado repercusión, incluso, en los comicios nacionales, en los cuales ha descendido el número de votantes. Incluso nos atrevemos a pronosticar el resultado de las mismas, anticipando que obtendrá la victoria uno de los partidos mayoritarios, pese a un aumento de votos de los pequeños partidos.
Nosotros opinamos que, al margen de los resultados, lo ideal sería que se hiciera un mejor y más equitativo reparto de los recursos económicos, que se dejaran de hacer privatizaciones encubiertas y que se administraran políticas en beneficio y no en contra de los ciudadanos.
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