Como dice
Marx, por el
gusto del trigo
no adivinamos el
régimen que lo
ha cultivado: feudal
o capitalista. Pues
lo mismo es
para rastrear la
represión. Lo reprimido
deformado no nos
pone en la
pista del reprimente.
Dime de que
presumes y te
diré de qué
careces. La represión
opera una deformación
de lo reprimido
verdaderamente. Por ejemplo,
la represión actúa
sobre el deseo,
formado por las
intensidades y potenciales
eléctricos unidos a
los líquidos del
cuerpo que se
les llama libido
o energía subjetiva
y abstracta. A esto el
“Anti-Edipo”, Capitalismo y
esquizofrenia, lo denomina
cuerpo sin órganos,
que se vuelca
sobre las fuerzas
productivas intensivas. En
la paranoia ocurre
lo contrario, el
cuerpo sin órganos
rechaza los órganos,
las fuerzas intensivas
y toda organización.
El deseo es
una organización molecular.
Opera a ese
nivel. Cuando se
reprime, se abandona
el orden molecular
y aparece el
orden molar. A
este nivel aparecen
las personas globales,
en primer lugar
los más cercanos;
los familiares. Entonces
aparece el complejo
de Edipo: lo que
yo
quiero es matar
a mi padre
y acostarme con mi madre.
Entonces aparece la
culpabilidad. Pero es
una trampa, lo
verdaderamente reprimido se
ha perdido, el
deseo. Entonces aparece
la represión sexual
de las personas,
que da lo
mismo que se
repriman o no.
La familia está
delegada por la
sociedad a reprimir
la sexualidad entendida
como sexo. Es
el denominado refoulment.
El incesto no
existe; o bien
estamos más aquí
o estamos más
allá. Los padres
y hermanos son
en el inconsciente
intensidades, pulsiones internas.
Cuando nos enamoramos
es con personas
fuera de la
familia. En el
mito de Edipo,
el joven es
perdonado porque no
sabe que era
su madre con la
que hacía el
amor.
La represión tiene
un nombre, la
moralidad de un
padre dominante en
la familia. La
irrupción de la
moralidad se realiza
por medio de
su disfraz en
perversiones. Nos enteramos
de la existencia
de la moralidad
por la aparición
de la plaga
emocional, que reduce
la atención en
un trabajo objetivo,
que termina en el abandono
del trabajo y
su dedicación a
mandar a que
otros trabajen por
él. La plaga
emocional está llena
de fantasías y
perversiones.
La moralidad se
manifiesta en la
pérdida del amor
en el individuo
que la padece.
Esta falta de
sensaciones amorosas son
sustituidas por la
formación de un
carácter constituido por la sobrecompensación del
amor, una cordialidad
vacía.
El
carácter es una
coraza del cuerpo
dirigida contra los
impulsos internos del
cuerpo y externos.
La represión actúa
de tal manera
que la energía
queda fijada en
la persona del
represor. De tal
manera que se
establece una segunda
manera de amor
en las condiciones
del represor. Por
eso el autoritarismo
es la base
de la represión
por la fuerza.
Se crea así
personas dóciles para
acatar las condiciones
del capitalismo.
Históricamente, en el Paleolítico
Superior, hace 15000
años irrumpió la
moralidad en la Sexualidad, en
los flujos del
inconsciente. Con la
aplicación de marcas
en la piel
producidas por los
cortes de afiladas
piedras, a los
miembros de las
tribus se les
marcaba como pertenecientes a
la tierra, a
la tribu. Se
perdía entonces su
sentido bio-cósmico del
nomadismo del deseo.
El amor se
fijaba a la
cohesión de la
horda. El nomadismo
del deseo atraviesa
campos y tierras,
edificios y poblaciones.
No hace falta
sublimar la energía
del amor en
familia. Solo existe
el Deseo y
lo Social. El
impulso inicial se
divide oscilantemente en
Sexualidad y Trabajo.
Cuando la sexualidad
está satisfecha te
entran unas ganas
enormes de trabajar,
cambiando de actividad.
La Sexualidad satisfecha
no hace siempre
referencia al sexo,
o sea al orgasmo. También
hace alusión al
sexo no humano,
a las máquinas
deseantes.
La moralidad es
la represión del
deseo nómada, es
la represión social- ideológica en
toda su extensión.
La violencia física
fija la energía
en la persona
del represor. Nace
así la integración
social del individuo
en la tribu.
Se organiza la
cohesión social en
la tierra. Surge
la territorialidad. A
partir de la
represión del deseo
nómada, molecular, se
pasa a lo
molar, en última
instancia, las personas
globales. El sexo
en familia será
reprimido. Pero que
se reprima o
se fomente, que
es lo que
se hace, da
igual. La moralidad
ha hecho su
papel; la represión
de la iniciativa
individual. Surge el
deseo gregario o
tribal, es el
caso de lo
que ocurre en
el Paleolítico Superior.
Edipo da igual,
con el deseo
sin reprimir, el
inconsciente de los
padres se carga
intensivamente, lo que
es la herencia
genética. De ahí
que son las
personas de fuera
de la familia
las que se
desposan. La familia
es delegada por
la sociedad para
la represión del
sexo. La sexualidad
humana debe ser
reprimida por los
padres porque es
la corriente por
donde se catexiza
tanto lo molar
como lo molecular.
Es el gigantismo
y el enanismo
del deseo. Si
no hubiera sexualidad,
no se podrían
cargar por el
deseo las instituciones, naciones,
partidos, revoluciones ni
contrarrevoluciones,
extensiones, campos y
fábricas. Ni tampoco
los fenómenos moleculares,
como las máquinas
deseantes, las intensidades
ni potenciales eléctricos.
La Sexualidad es
una corriente libidinal
formada por partículas
como los biones.
Todo gira entorno
a las máquinas
deseantes y la
represión de deseo.
La esencia del
deseo es la Sexualidad, la
libido, que hay
que reprimir si
se quieren formar
individuos dóciles que
acaten la
Autoridad
Social y las
condiciones del Capitalismo.
La represión social
sólo puede ser
efectiva por una
represión sexual. La
energía se fija
en la persona
del represor, lo
cual origina que
el reprimido ama
a la persona
represora, y lo
mismo sucede con la
Autoridad
Social,
que se la
quiere, por la
debilidad del reprimido.
La expansión inicial
es reprimida por
la violencia física
o moralidad y
se le hace
volver, naciendo entonces
el yo.
Vamos
a ver ahora
la naturaleza de lo perdido:
el deseo nómada.
El gran cazador
nómada sigue los
flujos, los agota
al momento y
se desplaza con
ellos. Reproduce de
forma acelerada toda
su filiación, la corta en
un punto que lo mantiene
en una relación
directa con el
antepasado o con
el dios. Ocurre
que en el
espacio nómada el
cuerpo lleno del
socius es algo
así como adyacente
a la producción,
todavía no se
ha volcado sobre
ella. Como veremos
en otras ocasiones,
siempre hay un
perverso que sucede
al paranoico nómada,
o lo acompaña
- a veces
el mismo hombre
en dos situaciones:
el paranoico de
selva y el
perverso de aldea.
El problema radica
en pasar de un
orden intensivo energético
a un sistema
extensivo, que comprenda
a la vez
las alianzas cualitativas
y las filiaciones
extensas. Que la
energía primera del
orden intensivo -el
Numen- sea una
energía de filiación,
no cambia para
nada la cuestión
pues esta filiación
intensa todavía no
es extensa o
amplia, todavía no
implica distinciones de
personas ni siquiera
de sexo.
Lo esencial no
es que los
signos cambien según
los sexos y
las generaciones, sino
que pase de lo intensivo
a lo extensivo,
es decir, de
un orden de
signos ambiguos a
un régimen de
signos cambiantes pero
determinados.
Después de este
viaje por lo
intensivo del deseo
y el movimiento
real nómada, vamos
a ver la
tendencia histórica según
los diversos entes
represivos. Tenemos por un lado
el Cuerpo lleno
sin órganos del
que parten las
perversiones como entidades
territoriales originadas en
el Cuerpo de la
Tierra,
después Psicosis paranoicas
como entidades despóticas
pertenecientes al Cuerpo
despótico y por último, Neurosis
edípicas como entidades
familiares propias del
Cuerpo del capital-dinero. En
el Cuerpo lleno
sin órganos se
origina la
Esquizofrenia
como entidad clínica.
Y todos los
Cuerpos siguen en
el proceso esquizofrénico de
desterritorialización.
La tesis del
texto es clara:
lo que se
reprime es el
deseo nómada que
sexualiza todas las
extensiones por medio
de las intensidades,
del orden intensivo,
del sentimiento bio-cósmico.
Como se reprime
el orden intensivo,
nace el orden
extensivo; y lo
primero que aparece
en la molaridad
son las personas de
tu familia, que
te seducen. Pero
estas personas extensivas
están reprimidas, y
entonces hace falta
la sublimación del
sexo en familia
para echarte novia
o novio, es
decir, la alianza
política. Pero todo
esto es una trampa para
que te sientas
culpable y aceptes
la Autoridad social
y reproduzcas la
familia una vez
que eres adulto.
En eso consiste
la ideología oficial.
Si conservas el
orden intensivo, sientes
a tus padres
y hermanos intensivamente, y
no hace falta
sublimar nada. La
sublimación es una
catexis anal, la
sublimación es por
entero anal.
CARLOS SANTOS
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